domingo, 30 de julio de 2017

El orden cronológico en el relato, recursos escritores.

La lectora, 1874, Renoir

En esta ocasión voy a dedicar la entrada al orden cronológico en la narración, puesto que, como muchos conoceréis, hay diferentes formas de contar un relato atendiendo al curso de los acontecimientos que dan lugar al mismo.

Cuando leemos o nos cuentan una historia es bastante probable que, durante el transcurso de la misma, nos encontremos con una alteración cronológica de los hechos que la provocan, es lo que se llama en teoría literaria anacronía. Por ejemplo, un recuerdo que nos lleve hacia atrás, al pasado, es lo que se denomina analepsis o Flashback, de ser muy extensos se le llamaría Racconto, o, por el contrario, hacia adelante, es decir, anticipando el futuro, pasaría a llamarse prolepsis o Flash-forward. Pero, además de estas transgresiones temporales al relato que denominamos lineal o cronológico, “Ab ovo” (desde el huevo, origen), existen otras formas de contar los hechos que se apartan de la secuencia común de introducción, nudo y desenlace tan característicos del relato lineal o cronológico como son:

-In medias res: la narración empieza en mitad de la historia, en el conflicto, dejando para más adelante el descubrimiento del inicio de los acontecimientos. Ejemplo de ello lo tenemos en obras como “La Iliada” y “La Odisea “de Homero, en la primera la historia comienza con la disputa entre Agamenón y Aquiles; en la segunda, Homero empieza la obra contando lo que pasa en Ítaca mientras Ulises está ausente.

-Contrapunto: varias historias se dan a lo largo de la narración para hacia el final de la misma tener un punto en común. Hace unos meses he leído una novela que encajaría en este tipo de relatos: “La gran ola”, de Daniel Ruiz García.

-Circular: el texto se inicia y acaba del mismo modo, como ejemplo que puede ayudarnos a comprenderlo puede ser “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez, Macondo nace de la nada y vuelve a la nada. 

-In extremis: la narración comienza por el final y se desarrolla hasta llegar al comienzo (los personajes, lugares, hechos… son descritos a través de retrospecciones). Nuevamente, para tener un modelo en el cual fijarnos, haremos alusión a García Márquez y su novela “Crónica de una muerte anunciada”.

Posiblemente no seamos conscientes al leer o conocer una historia de este tipo de recursos literarios, pero, bien ejecutados por el autor, van a ser capaces, aun conociendo el receptor cuanto sucederá, de lograr que nos atrape la trama y nos invada la curiosidad más absoluta.


© 2017, M. Carmen Rubio Bethancourt