sábado, 28 de junio de 2014

Tiempos de crisis.

Ecce Homo de Elías García, s.XIX, Iglesia de Borja
(En la imagen inferior restauración de Cecilia Giménez)

No hace falta tener ojos de lince para percibir la mala situación económica que está soportando la sociedad en la que vivimos, simplemente porque, de una u otra manera, la padecemos “casi” todos. Frente a esta desgracia, donde hay quienes, incluso, ni tienen para comer ni cobijarse, surgen políticas que, se supone, tratan de contrarrestarla, aunque no se aprecien los resultados, la gente sigue perdiendo sus puestos de trabajo, siguen perdiendo sus casas por no poder pagarlas, se dejan de percibir derechos que antes se tenían por nuestros en pro de recortes para solventar la papeleta… La salida a nuestros problemas económicos sigue sin llegar y son muchos los que ya no pueden más. El relato que presento a continuación surgió de esa necesidad, la de expresar la desesperación de las personas que ven agotadas sus posibilidades de subsistencia.

El Cristo del milagro (un relato basado en ciertos hechos reales)

Alfonso ya no podía más, su tienda era un lugar repleto de objetos inútiles, en otra época apetecibles, a los que ahora sólo el polvo parecía querer desearlos. Ni siquiera la iglesia, que tenía a escasos metros, atraía a algún que otro feligrés, y eso que muchos permanecían, pasada la homilía, en la plaza disfrutando de un ratito de tertulia frente a ésta quedando el establecimiento ante sus ojos. Pues nada, caso omiso. La situación era insoportable. La única opción, echar el cierre, ya que Alfonso había agotado todos los recursos administrativos posibles para resistir y optar a un crédito personal era imposible; los bancos no prestan a los que no tienen respaldo económico, paradójico. Llegado el domingo, único día no laboral para el comerciante, tenía, incluso, que toparse con su patético negocio, había que escuchar misa, justamente, en la iglesia que era testigo de su infortunio. Sentado junto a su mujer, entre tanto el sacerdote emitía su homilía, distraía su tiempo, no interesado en la plática, en ojear a un lado y a otro del recinto sagrado. De pronto, un Cristo muy demacrado acaparó su atención. Se trataba de una pintura, muy deteriorada, que apenas dejaba vislumbrar los rasgos de la imagen. Le pareció tan digna de lástima como él, a expensas de que alguien reparara en su figura y le hiciese salir a flote, porque… ¿quién podría dedicarle una oración a ese Jesús?, casi no se le veía. Fue tal compasión la que sintió Alfonso por el Cristo que quiso dedicarle los únicos rezos que aquel día saldrían de su boca, incluso, haría más, pondría su fe en él suplicándole ayuda divina para levantar su negocio; era el único recurso que le quedaba frente a su desgracia, apelar a la gracia celestial. Los días fueron pasando y esa ayuda del cielo, invocada por Alfonso, no parecía hacer acto de presencia. Lo irremediable y no deseable parecía llegar. Unos carteles anunciando “liquidación de artículos”, iniciaban el fin. Entre tanto, otro revés se desataba en el pueblo, la imagen más antigua de la iglesia,
precisamente esa pintura de la cual se apiadaba Alfonso aquel domingo, había sido ultrajada por la mano de una osada; le había realizado tal desastre en su aspecto que no hubo por menos que darlo a conocer a los cuatro vientos. En menos de unas horas, la imagen mancillada daba la vuelta al mundo y se ponía en boca de todos a través de lamentos en gente del municipio y, para sorpresa de los habitantes del lugar y del propio Alfonso, a modo de celebración para el resto de la humanidad. Porque nada importaban esas rayitas en las que se habían convertido los ojos de la figura ni su boca tornada a borrón, la autora, a ojos de los entendidos, era un genio. De todas partes llegaban personas ansiosas por ver la transformación de aquella pintura, deseaban admirarla, hacerse una foto con ella, pedirle favores, ya que comenzó a tener cierta áurea de milagrosa… El pueblo, por arte de magia, pasaba de ser desconocido a lugar de peregrinación y la tienda de Alfonso reclamo de turistas; los forasteros demandaban recuerdos del lugar y, cómo no, objetos alusivos a la figura protagonista. El dinero empezaba a fluir por todos los rincones de aquel lugar sin que ninguno de sus habitantes pudiera explicárselo, excepto Alfonso, entendía que aquello no había sido más que la atención que el cielo le prestaba. 

Creado por M. Carmen Rubio Bethancourt ©

viernes, 13 de junio de 2014

Primeras reseñas sobre "Futuro bajo sospecha"


Myo Portella
¿Te gusta leer?Banner Mi corazón y yo

En esta entrada os informo de las primeras reseñas que he recibido sobre "Futuro bajo sospecha". Me parece interesante que conozcáis opiniones de personas que, entre otras cosas, dedican parte de su tiempo a leer y comentar las obras leídas. Las veréis en los blogs de Myo Portella ("Myo Portella"), Susana Palacios ("Mi corazón y yo") y Mirella Patiño ("Te gusta leer") Espero os gusten y os provoquen interés por mi novela. 

martes, 10 de junio de 2014

"El maestro del Prado" de Javier Sierra



Acabo de terminar de leer “El Maestro del Prado” de Javier Sierra, 2013, editorial Planeta. Me ha parecido una obra muy interesante, por eso me atrevo a recomendarla. Es una historia que narra un acontecimiento sufrido por su protagonista, el mismo Javier Sierra, durante su etapa de estudiante de periodismo. En el transcurso del relato, el escritor nos sumergirá en un constante descubrimiento de mensajes en obras pictóricas del Prado de autores como Tiziano, El Bosco, El Greco… Para desarrollar el relato Javier Sierra se vale del recurso de un personaje enigmático, el maestro Fovel, para desvelarnos su exhaustivo trabajo de investigación; a través de él Javier Sierra nos enseñará a mirar de otro modo las pinturas del Prado, descubriendo en ellas algo más que belleza o su preciosa factura. 

lunes, 2 de junio de 2014

Mi entrevista en Mis libros preferidos


Imagen de la película "El reportero"
Quiero haceros participe de algo que me ha hecho mucha ilusión realizar, una entrevista acerca de mí y mi novela, “Futuro bajo sospecha”, en mislibrospreferidos.com. Os dejo el enlace con el cual iréis a ella, pinchad sobre él y tendréis, en un instante, una mejor idea de qué me impulsó a crearla y qué personajes se identifican más conmigo.