miércoles, 8 de mayo de 2019

Escritores bajo seudónimo, ¿cuáles fueron sus razones?


Hermanas Brontë retratadas por su hermano Branwell en 1834
Ocultar la identidad no ha sido algo inusual en el mundo de la literatura, pero ¿cuál es el motivo que lleva a un autor a hacerlo? Seguramente hay razones para todos los gustos, y a mí me vienen algunas a la cabeza, no obstante, para exponerlo con criterio, veamos por qué lo hicieron algunos de ellos.
Pablo Neruda, poeta chileno nacido en 1904, cuyo nombre real fue Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Bascalto. Según parece, el utilizar seudónimo se debió al hecho de despistar a su progenitor que en modo alguno deseaba que su hijo se dedicara a la literatura. Pablo Neruda nunca desmintió que escogiera el nombre en honor al escritor checo Jan Neruda, aunque tampoco lo confirmó, otros estudiosos del tema afirman que al poeta podría haberle inspirado un personaje de la novela de Arthur Conan Doyle titulada “Estudio en escarlata”, aunque lo cierto es que el escritor jamás desveló el origen de su nombre artístico.
Hermanas Brönte, Charlotte, Emily y Anne, escritoras inglesas del siglo XIX, que se hicieron llamar Currer, Ellis y Acton Bell para poder publicar sus obras, porque de hacerlo como mujeres lo hubieran tenido bastante más complicado; la actividad creativa e intelectual estaba mal vista si la ejercían las mujeres, incluso no se las tomaba en serio de practicarla.
George Sand, seudónimo de Aurore Lucile Dupin, autora nacida en 1804 en París. Más o menos le ocurrió lo mismo que a las hermanas Brönte, utilizó el seudónimo para ocultar su identidad de mujer, incluso fue más allá, ya que se vestía de hombre para poder introducirse en los círculos literarios parisinos vetados entonces a nosotras.
Lewis Carrol, cuyo verdadero nombre era Charles Lutwige Dodgson. El autor inglés, nacido en 1832, parece ser que extrajo su seudónimo a partir de latinización de su nombre y el apellido de su madre, Charles Lutwidge, latinizado como Ludovicus, y Charles como Carolus, Ludovicus Carolus, a su vez, dicho nombre fue trasladado por el autor al idioma inglés como Lewis Carroll (un poco enrevesado). Se afirma que hizo uso del seudónimo para diferenciar su trabajo de matemático (escribía tratados sobre esta materia) de sus obras de ficción.   
Mark Twain, o lo que es igual,  Samuel Langhorne Clemens, ​escritor nacido en Florida en 1835. Empezó a utilizar su seudónimo al trabajar en un periódico. Mark Twain hace referencia a una expresión que utilizaban los marineros fluviales del Mississippi (él fue piloto de un barco de vapor) para marcar dos brazas de profundidad, medida de calado mínimo para la buena navegación. No he llegado a encontrar la causa por la que Twain utilizaba el seudónimo en vez de su propio nombre, tal vez por sonoridad.
George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair,  escritor británico nacido en 1903. Quién hubiese imaginado que el apellido Orwell llevaría una intención de estar mejor posicionado en los estantes de las librerías, pues parece que es así, aunque también le llevó a adoptar dicho sobrenombre el hecho de no incomodar a sus padres con su obra: ‹‹Sin blanca en París y Londres» donde se deja ver que había vivido en la calle como un mendigo. Como Neruda, la idea de no incomodar a sus padres por ejercer su actividad literaria le hace ocultar su identidad.
Gustavo Adolfo Bécquer, o Adolfo Domínguez Bastida, escritor que nace en Sevilla en 1836. Parece que la causa en el autor andaluz fue más una cuestión de estética, su padre, José Domínguez Insausti, firmaba sus cuadros con el apellido de sus antepasados flamencos, los Bécquer o Becker, y tanto Adolfo como su hermano, el pintor Valeriano, adoptaron Bécquer como primer apellido en la firma de sus obras.
Clarín, seudónimo de Leopoldo García-Alas y Ureña, escritor nacido en Zamora en 1852. Toma el nombre de Clarín más bien de una imposición, pues el director del periódico donde trabajaba, ‹‹El Solfeo», quería que sus colaboradores firmaran sus artículos con el nombre de un instrumento musical.
Stephen King, autor norteamericano nacido en 1947. King eligió el seudónimo de Richard Bachman en siete novelas de sus más de 60, según parece, para evitar, porque no era aconsejable, publicar más de un libro en un año, y también para liberar la carga que le estaba proporcionando la fama.
Stendhal, seudónimo de Marie-Henri Beyle, escritor francés nacido en 1783. Hay que decir que el primero de sus seudónimos fue el de L. A. C. Bombres, lo utilizó en unos libros de crítica de arte. En 1817 realiza un ensayo que llama ‹‹Roma, Nápoles y Florencia», un ensayo con recuerdos personales y donde utiliza por primera vez el seudónimo de Stendhal. Existen dos hipótesis sobre el origen de este seudónimo, la más admitida es que lo tomara de la ciudad alemana de Stendal, lugar de nacimiento de Winckelmann, fundador de la arqueología moderna, al que el escritor admiraba, y una segunda hipótesis que afirma que sea un anagrama de Shetland, unas islas que el autor conoció y que le dejaron una profunda impresión. El porqué de firmar sus publicaciones con un seudónimo, no lo he logrado encontrar, igual no había más razón que la sonoridad o la estética.
Agatha Christie, seudónimo de Agatha Marie Clarisa Miller, autora inglesa nacida en 1890. La escritora tomó su apellido de su marido, Archibald Christie, de quien se divorció en 1926, hecho que le ocasionó algunos trastornos psicológicos (desapareció once días sin que nadie supiera nada de ella, incluso Arthur Conan Doyle, creador del personaje de ‹‹Sherlock Holmes»,  colaboró en la búsqueda). Imagino que la autora al casarse y adoptar el apellido de su esposo lo adquirió para sí y su obra, no encuentro otra explicación.
J. k. Rowling, o Robert Galbraith. La autora británica nacida en 1965, célebre por las narraciones de ‹‹Harry Potter», ha usado habitualmente su nombre verdadero para firmar sus obras, eso sí, sustituyendo, por consejo de la editorial para evitar que se supiese que era mujer (argumentaban que vendían menos), el Joanne por las iniciales J. K., la J hace referencia a Joanne y la K (requerida una segunda inicial por la editorial) la puso en honor a su abuela paterna Kathleen. En cuanto al seudónimo Robert Galbraith, fue utilizado para publicar su segundo libro para adultos, ‹‹El canto del cuco», 2013, que tuvo muy buena acogida por parte de la crítica, tal vez lo hizo porque su primera novela para dicho público, ‹‹Una vacante imprevista», publicada en 2012, no la obtuvo.
Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea. Escritora española nacida en Suiza en 1796. El motivo de su seudónimo (nombre de un pueblo de Ciudad Real), según ella: «Gustóme ese nombre por su sabor antiguo y caballeresco», con ello enmascaraba su identidad femenina a una sociedad que rechazaba que las mujeres se dedicasen a actividades intelectuales, como tantas otras habían hecho o harían.
Mariano José de Larra, nacido en Madrid en 1809, utilizó diversos seudónimos a lo largo de su carrera como escritor y periodista, tales como El duende, Juan Pérez, Fígaro…, parece ser, por evitar la censura política y social del momento.
Charles Dickens, escritor inglés nacido en 1812, el célebre autor utilizo el seudónimo de «Boz» en sus primeras obras. El motivo: evitar que sus publicaciones le perjudicaran en su faceta de columnista político; imaginó que no le tomarían en serio. Más que evidente que le fue bastante bien y dejó de utilizar dicho sobrenombre.
Entre los autores actuales españoles tenemos el caso de Francisco de Paula Fernández González (Sevilla, 1978), o Blue Jeans, superventas entre adolescentes por sus novelas románticas. Según parece, eligió el seudónimo de una canción del grupo Squeezer que le gustaba como sonaba. El porqué de esconder su autoría, el escritor sevillano dice, en una entrevista al diario de información “20 minutos”, que su intención es que se hablara de su escritura.
Podría seguir aumentando la lista, es bastante copiosa, sin embargo, creo que con esta muestra de autores que han escrito, al menos alguna vez, bajo seudónimo se exponen varias razones por las que muchos de ellos han decidido ocultar su verdadera identidad. Espero que os haya sido interesante.
©2019, M. Carmen Rubio Bethancourt

Os dejo algunas páginas de Internet donde he encontrado bastante información al respecto.
http://www.cervantesvirtual.


1 comentario:

  1. Una información muy interesante. De algun@s ya tenía el conocimiento pero de otr@s no.Gracias M.Carmen , muy instructivo (sé que sabes mucho)
    Me gusta tu Blog.

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