La adoración de los pastores, Murillo.
En esta ocasión voy a reflexionar,
me apetece, pues la Navidad, que ya está cerca, es un tema que da mucho juego
para hacerlo. Y cada año me hago la misma pregunta, ¿por qué seguimos
celebrándola? Se supone que es una fiesta donde los cristianos comparten amor y
alegría por el nacimiento de Jesús. Pero en el mundo que vivimos ¿tienen hueco
tales sentimientos? Guerras, miseria, crueldad, fanatismos, odios, avaricia...
Tengo la sensación de que no somos dignos de festejar una fiesta que se basa en
el amor al prójimo, justamente lo que no profesamos. Entonces... si nada
cambia, si no permanece la paz y el amor que tanto nos deseamos, ¿por qué reiteramos
ese espíritu navideño cada año?. bien sabemos que pasadas esas fechas seguiremos
siendo la misma sociedad mezquina de siempre. Dándole vueltas al asunto, llego a
una conclusión, de no celebrarlas dejaríamos de tener el único momento del año
en el que la humanidad parece comportarse algo mejor con sus semejantes. Me
gustaría que nuestros buenos sentimientos permanecieran sin limitarse a unas
semanas, posiblemente las injusticias desaparecerían, sería un buen deseo para
2015, pero dado que todavía no es posible, al menos tenemos estas fechas para
deleitarnos con algunos actos que nos honran.
¡Feliz
Navidad y buen año nuevo para todos!