La lectora, 1874, Renoir
En esta ocasión voy a dedicar la entrada al orden
cronológico en la narración, puesto que, como muchos conoceréis, hay diferentes formas
de contar un relato atendiendo al curso de los acontecimientos que dan lugar al
mismo.
Cuando leemos o nos cuentan una historia es bastante
probable que, durante el transcurso de la misma, nos encontremos con una alteración cronológica de los hechos
que la provocan, es lo que se llama en teoría literaria anacronía. Por ejemplo, un recuerdo que nos lleve hacia atrás, al pasado, es lo que se denomina analepsis o Flashback, de ser muy extensos se le llamaría Racconto, o, por el contrario, hacia adelante, es decir, anticipando el futuro, pasaría a
llamarse prolepsis o Flash-forward. Pero, además de estas transgresiones
temporales al relato que denominamos lineal
o cronológico, “Ab ovo” (desde
el huevo, origen), existen otras formas de contar los hechos que se apartan de
la secuencia común de introducción, nudo y desenlace tan característicos del relato
lineal o cronológico como son:
-In
medias res: la narración
empieza en mitad de la historia, en el conflicto, dejando para más adelante el
descubrimiento del inicio de los acontecimientos. Ejemplo de ello lo tenemos en
obras como “La Iliada” y “La Odisea “de Homero, en la primera la historia
comienza con la disputa entre Agamenón y Aquiles; en la segunda, Homero empieza
la obra contando lo que pasa en Ítaca mientras Ulises está ausente.
-Contrapunto: varias historias se dan a lo largo de la narración
para hacia el final de la misma tener un punto en común. Hace unos meses he
leído una novela que encajaría en este tipo de relatos: “La gran ola”, de
Daniel Ruiz García.
-Circular: el texto se inicia y acaba del mismo modo, como
ejemplo que puede ayudarnos a comprenderlo puede ser “Cien años de soledad” de
Gabriel García Márquez, Macondo nace de la nada y vuelve a la nada.
-In
extremis: la narración
comienza por el final y se desarrolla hasta llegar al comienzo (los personajes, lugares, hechos… son descritos a través de
retrospecciones). Nuevamente, para tener un modelo en el cual fijarnos, haremos
alusión a García Márquez y su novela “Crónica de una muerte anunciada”.
Posiblemente no seamos conscientes al leer o conocer
una historia de este tipo de recursos literarios, pero, bien ejecutados por el
autor, van a ser capaces, aun conociendo el receptor cuanto sucederá, de lograr
que nos atrape la trama y nos invada la curiosidad más absoluta.
© 2017, M. Carmen Rubio Bethancourt