martes, 24 de mayo de 2016

Microrrelato en segunda persona: Unión imperfecta


El matrimonio Arnolfini, de Jan Van Eyck

Esta nueva entrada es fruto de un ejercicio literario (tenía que componer un pequeño relato narrando en segunda persona, es decir, como si lo estuviera expresando directamente al lector, aunque éste no sea su destinatario), pero excepto para cartas o mensajes privados no es el modo en el que me gusta contar historias. Sin embargo, es bueno enfrentarse a este tipo de retos que ni siquiera se te pasan por la mente. A ver qué os parece mi pequeña reprimenda a esos compañeros y compañeras sentimentales que no nos hacen ni caso.

Unión imperfecta

Me echas la culpa de nuestra separación y te atreves a decir que no he puesto nada de mi parte por continuar, ¡qué risa me da! ¿Sabes la de días y noches que he llorado tu indiferencia? No, no lo sabes, ¿cómo ibas a darte cuenta si apenas me mirabas y apenas me escuchabas? Pero, claro, a todo se acostumbra uno, en mi caso, a no necesitarte. ¡Ah!, antes de marchar, si te duele tener que limpiar la casa, planchar la ropa, hacer tu almuerzo o la cena..., no te preocupes, hay mucha demanda laboral para ejercer este tipo de tareas.   

©M. Carmen Rubio Bethancourt


viernes, 13 de mayo de 2016

La primavera.



Puente Japonés, Monet

He de reconocer que, a pesar de las alergias y los cambios de tiempo tan inesperados, la primavera despierta en mí la vitalidad perdida durante el invierno, es como si sacudiera mi letargo y necesitara respirar todo lo que nace y renace de manera tan impulsiva y atrayente. Radiante y hermosa la primavera se pavonea con sus deslumbrantes colores y encandila a todos provocando que nuestros corazones se llenen de esperanza y precisen de amor. ¡Ay, amor! ¿Habrá estación más hermosa para sentirlo y verlo despertar? Espero que os guste este microrrelato.


Amor adolescente

Brotaban las flores desparramando sus vivos colores e inundado el mundo de arcoíris. Y en aquel entorno maravilloso y atiborrado de aromas dos jóvenes de quince años, ella y él a punto de descubrir el contacto de sus labios animados por el recién nacido amor que experimentaban. Todo surgía, todo era comienzo, todo era primavera. Jamás tendrían un escenario más hermoso, jamás sentirían un amor más puro, jamás serían tan bellos.

© M. Carmen Rubio Bethancourt