Playa de Camposoto, San Fernando, Cádiz.
Nueva entrada con este microrrelato, "La piedra", donde he intentado hacer una reflexión sobre los padecimientos que soportan muchas personas con respecto a otras. Espero os guste y se comprenda.
La piedra
Padecía
la fuerza de la lluvia, el azote del mar, las sacudidas del aire… Una y
otra vez arremetían contra ella sin modo alguno de evitarlo; no residía en un
mundo plácido, ella misma era una piedra como otras cubierta de fisuras y
salientes agrestes. Un día la lluvia cayó sobre ella y resbaló, el mar intentó
golpearla y resbaló, el aire quiso desplazarla y resbaló. Increíblemente,
aunque aquellos elementos continuaban atentando contra ella, no le hacían daño,
ellos mismos la habían pulido y convertido en poderosa.
© M. Carmen Rubio Bethancourt
Un mensaje muy logrado. Me encantó
ResponderEliminarGracias Manuel. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarNos hacemos duros a base de golpes, así es la vida. Hay quien resiste mejor las inclemencias que otros pero, quién más quien menos, se levanta tras una caída.
ResponderEliminarUna bella forma de plasmar esta reflexión.
Un abrazo.
Gracias Josep Mª por tus amables palabras y por estar siempre ahí. Un abrazo.
EliminarImpecable paso del tiempo q pule nuesyras defensas aunque no les dé el resplandor a la piedra si te lo da a ti la ACADEMIA.
ResponderEliminarMUY LOGRADO !
Mil gracias, Fernando, eres muy amable. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarEs cierto, Mari Carmen, nos pulimos a través del tiempo y de sus dolorosos tratos.
ResponderEliminarPues sí, Mercedes, lo bueno es sacar provecho de ese daño y no dejarnos abatir por él. Gracias, amiga. Un abrazo.
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