Quiero
dedicar esta entrada a esos autores que sin más obra literaria que una novela han
logrado el éxito; algo digno de admirar, pues es, desde mi punto de vista,
acertar en el centro de la diana sin más opciones que una. En la mención que haré
hacia algunos de estos escritores, no haré referencia a autores que derrocharon
su talento en otros géneros como poesía y/o teatro, aunque solo compusieran una
novela, por citar algunos de ellos: Borís
Pasternak (premio Nobel en 1958) y su “Doctor
Zhivago”, 1957, u Óscar Wilde y “El retrato de Dorian Gray”, 1890… Tampoco
aludiré a escritores vivos, ya que aún están a tiempo de derrochar su talento
en otras composiciones (tal es el caso de Arthur
Golden y su “Memorias de una
geisha”, 1997, o Arundahti Roy y su novela “El dios de las pequeñas cosas”, 1997,
quizá se decidan a publicar algo más).
Una
pregunta que me he hecho acerca de estos escritores es ¿por qué, conseguido el éxito, no siguieron
derrochando su talento en otras novelas? En
algunos es fácil responder a la pregunta, murieron
demasiado pronto, pero en otros es más complicado. Según he podido sondear
leyendo algunas de sus biografías, este silencio literario
parece tener entre sus causas más comunes la imposibilidad
de soportar la fama
y/o el agotamiento de la inspiración. El autor barcelonés Vila-Matas, pone un nombre a este silencio literario en su obra “Bartleby
y compañía” (2000) lo llama exactamente “Síndrome
de Bartleby”. Vila-Matas, en esta
especie de novela-ensayo, rastrea los diferentes casos y causas de este
silencio literario que no es exclusividad de los escritores a los que hago
alusión en esta entrada. Como curiosidad, añadiré que el nombre de “Bartleby” viene de un personaje descrito por Herman Melville (autor de la novela “Moby Dick”, 1851) en un cuento
llamado “Bartleby el escribiente”, 1853. En el relato de Melville, el tal Bartleby trabaja en
una oficina de Nueva York como copista y un buen día decide dejar de hacer su
trabajo, “Preferiría no hacerlo”,
suele argumentar hacia toda acción. Una inactividad que Vila-Matas, como hemos
visto, ha trasladado al mundo literario.
Sin más que añadir, paso a nombrar a estos grandes
escritores y sus exitosas obras.
Novela
considerada un clásico de la literatura romántica inglesa. Cuenta la historia de un amor pasional entre dos jóvenes:
Catherine Earnshaw y el rudo Heathcliff. La autora la publicó bajo el seudónimo
de Ellis Bell, (sus hermanas,
Charlotte, autora de “Jane Eyre”, y Anne, también utilizaron seudónimos para
publicar sus novelas), así evitaba la censura machista hacia su vocación y su
obra. Por desgracia, la muerte por tuberculosis acabó con la vida de la
escritora a los treinta años, lo cual la privó de seguir escribiendo y de ver
el éxito de su novela, superior al de las obras de sus hermanas.
Novela
romántica e histórica situada en plena guerra de secesión norteamericana y cuya
protagonista, Scarlet O’Hara, es
todo un carácter. La obra tuvo una gran acogida entre el gran público y ganó el
premio Pulitzer en 1937, dos años
después fue llevada al cine por Victor Fleming. La escritora, a la que la fama
le parecía insoportable, fue atropellada por un taxi a los cuarenta y nueve
años de edad sin publicar nada más.
La obra narra un momento crítico
del adolescente Holden Cauldfield,
su protagonista, y se convirtió en todo un clásico de la literatura
norteamericana. Si bien es verdad que su autor escribió varios libros de
relatos, ésta será su única novela publicada. A partir de los años sesenta el
escritor se va apartando de la vida pública hasta retirarse totalmente de ésta,
una idea que parece estar en su mente desde tiempo atrás, como se refleja en un
pasaje de la novela donde afirma el protagonista: “Me gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que
gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación
estúpida con la gente”. Podemos afirmar que Salinger amaba escribir, pero
no lo que la publicación conllevaba, tal como refleja unas palabras suyas
concedida al The New York Times en
1974 donde dijo “Hay una paz maravillosa en
no publicar”. Murió en 2010.
Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Príncipe de Lampedusa y
Duque de Palma de Montechiaro, “El Gatopardo”, 1958.
Novela
histórica que fue editada tras la muerte
de su autor, 1957, pues ninguna editorial confió en ella en vida del escritor,
algo que lo deprimiría. En 1959 obtuvo
el Premio Strega y fue llevada al cine por Visconti con rotundo éxito. En
el marco de la guerra de Unificación Italiana, con el desembarco de Garibaldi
en Sicilia (1860), la obra tiene como protagonista a Don Fabrizio Corbera, príncipe de Salina, que verá como su mundo
aristócrata desaparece por uno menos elegante, pero en esencia, según la
novela, el mismo: “Nosotros fuimos los
Gatopardos, los Leones. Quienes nos sustituyan serán chacalitos y hienas”. El escritor tiene otros
libros de relatos y ensayos, pero fueron compilados y descubiertos tras su
muerte, 1957, no parecía tener su autor intención de publicarlos.
Harper
Lee, “Matar a un ruiseñor”, 1960.
Novela
que llegó a ganar el Pulitzer en 1961
y fue llevada al cine con gran éxito por Robert Mulligan. La historia, muy
crítica con la desigualdad racial, está basada en vivencias de la infancia de
la escritora en Alabama. La novela está narrada por la propia protagonista de
la historia, Scaut Finch, en el
relato con seis años de edad, que vive con su hermano Jem y su padre el abogado
Atticus Finch, viudo. Un suceso conmociona a la localidad e implica a la
familia Finch. Hay quienes dicen que parte
de la novela fue escrita por Capote (escritor y amigo de la autora). A pesar
del éxito de la obra la escritora no volvió a redactar otra novela, si hizo
algunos ensayos, no obstante, hacia el final de su vida se descubre un
manuscrito (realizado antes de “Matar a un ruiseñor” y que, se cree, da origen
a la obra) y se publica por Harper Collins en USA y Heinemann en Reino Unido en
2015 (“Ve y pon
un centinela”). Esta publicación ha desatado controversias, pues parece ser
que la escritora no tenía todas sus facultades en perfecto estado para decidir
sobre esto. Murió en 2016 a los ochenta y nueve años de edad. Una curiosidad,
Harper Lee huía de todo lo que la fama conllevaba, de hecho, apenas concedía
entrevistas, tal vez lo que provocara su silencio literario o “Síndrome de
Bartleby”.
Considerada
una de las mejores novelas del siglo XX en España, es la historia de un hombre,
Pedro, que quiso ser investigador y
fracasó debido a una serie de acontecimientos desafortunados que aparecen en su
vida. Como curiosidad, mencionar que la obra sufrió la censura de la época. Su
autor, que ejercía la profesión de psiquiatra (tiene varios ensayos médicos),
muere en accidente de automóvil en 1964 truncando su carrera literaria que,
hasta el momento, además de esta novela, solo componían algunos relatos y
poesías.
John Kennedy Toole, “La conjura de los necios”, 1980.
Novela publicada años después de la muerte de su
autor, 1969, pues el rechazo hacia su obra le llevó a una depresión que
desembocó en suicidio por monóxido de carbono. Fue editada gracias a la
perseverancia de su madre, y se convierte en todo un éxito, además de ganar el premio Pulitzer
en 1981. La historia gira en torno a las vivencias de su excéntrico protagonista,
Ignatius J. Reilly, y la serie de
personajes que se topan con él. El triunfo de la obra hace que se publique otra
novela del escritor redactada con dieciséis años, “La Biblia de neón”.
Sé
que dejaré escritores en el tintero, y pido disculpa por ello, pero, al menos, he
mencionado a algunos como forma de homenaje a todos. Espero os haya sido
interesante el artículo.
Una entrada estupenda. Salvo el de Kennedy, que además trataste hace poco, el resto de casos eran totalmente desconocidos para mí y algunos de ellos me han sorprendido, como el de Harper Lee. ¿Cómo alguien que escribió esa maravillosa novela, no pudo seguir con una brillante carrera literaria? Otros casos parecen estar malditos. Escribir una obra maestra y morir al poco de enfermedad o accidente! Casi prefiero quedarme como estoy, en el anonimato, y no arriesgarme, jajaja.
ResponderEliminarEn algún caso el impedimento para seguir escribiendo bien pudiera ser debido a una especie de pánico escénico, el temor a no sentirse capaz de repetir la proeza y fracasar en el segundo intento. Un escritor catalán, Jaume Cabré, uno de mis escritores preferidos en esta lengua, dijo en una presentación que cuando termina una novela siempre se pregunta ¿y ahora qué? y a veces transcurre mucho tiempo con la mente en blanco hasta que por fin llega una nueva idea que vale la pena desarrollar.
Un abrazo.
Hola, Josep. Pues es verdad eso que dices sobre "El pánico escénico", porque a algunos les es difícil superar el éxito de esa novela que ha llegado a lo más alto. No sabía de ese escritor, ni de muchos que habrá, claro está. Es un tema interesante y me alegro que te haya gustado. Un abrazo enorme y gracias por tu visita.
ResponderEliminarEstupenda entrada Carmen, no sabía que estas grandes obras eran de escritores que solo habían escrito esa novela, me gustó mucho tu exposición y por su puesto su entrada correspondiente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Alfonso. Yo conocía algunas, no todas, pero es sorprendente que una obras tan sublimes sean solo una primera novela. Un abrazo.
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