Puente Japonés, Monet
He de reconocer que, a
pesar de las alergias y los cambios de tiempo tan inesperados, la primavera
despierta en mí la vitalidad perdida durante el invierno, es como si sacudiera
mi letargo y necesitara respirar todo lo que nace y renace de manera tan
impulsiva y atrayente. Radiante y hermosa la primavera se pavonea con sus
deslumbrantes colores y encandila a todos provocando que nuestros corazones se
llenen de esperanza y precisen de amor. ¡Ay, amor! ¿Habrá estación más hermosa
para sentirlo y verlo despertar? Espero que os guste este microrrelato.
Amor adolescente
Brotaban las flores
desparramando sus vivos colores e inundado el mundo de arcoíris. Y en aquel
entorno maravilloso y atiborrado de aromas dos jóvenes de quince años, ella y
él a punto de descubrir el contacto de sus labios animados por el recién nacido amor que experimentaban. Todo surgía, todo era comienzo, todo era primavera.
Jamás tendrían un escenario más hermoso, jamás sentirían un amor más puro, jamás
serían tan bellos.
© M. Carmen Rubio Bethancourt
Hola, M. Carmen: Ignoraba que tenías este blog y el descubrirlo me ha alegrado el día. Tu minirelato es precioso. Me da la impresión de que esa adolescente que despierta al amor con la primavera tiene mucho que ver contigo en tiempos pretéritos. Ya sabes que no vas a poder impedir que te lea, pues desde ahora mismo me hago tu admirado y fiel seguidor.
ResponderEliminarHola Juan, me ha hecho muy feliz tu visita y tu comentario, y estaré encantada de recibirte. En cuanto a la adolescente..., bueno, claro que tiene algo de mí, pero ¿de quién no? Es maravilloso descubrir el amor en esos años.
EliminarA todas las edades puede uno enamorarse pero la inocencia de esa época es irrecuperable. Me ha encantado.
ResponderEliminarHola Leonor, qué alegría encontrarte. Pues sí que llevas razón que a todas las edades uno puede enamorarse, pero coincidimos que a esas edades, en la que dejamos la niñez y nos enamoramos por primera vez, es insuperable. Me alegra muchísimo que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarA todas las edades puede uno enamorarse pero la inocencia de esa época es irrecuperable. Me ha encantado.
ResponderEliminarY mil gracias por visitarme y tu amable comentario, Leonor (como ves me ha servido que haya salido tu comentario doble, me había olvidado darte las gracias en la respuesta anterior que te di). Un beso.
EliminarY jamás olvidarán ese momento. La primavera enciende los sentidos y nos empuja a vivir la vida con más intensidad, disfrutando del medioambiente. Pero para el amor no hay estaciones. Aun así, en el corazón enamorado, sobre todo en el de un adolescente, siempre es primavera.
ResponderEliminarBello microrelato.
UN abrazo.
Hola Josep, pues sí que ese momento es maravilloso e igual de intenso que la primavera, naciendo y luciendo resplandeciente como todo lo nuevo. Un abrazo y gracias amigo.
EliminarInteresante blog... No dejes de indicarnos a los amigos las novedades que vayas introduciendo
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel. No le dedico demasiado tiempo, pero cuando publique lo comunicaré. Un abrazo.
EliminarEl blog precioso.
ResponderEliminarLa autora tb.
Los relatos maravillosos.
Desde luego el primer amor nunca se olvuda.
Ay de aquél q nunca se ha enamorado...
Las mariposas revolotean en la barriga a todas las edades, está claro...
El entorno primaveral como recordaba aquél dicho...en el campo y en primavera le sucede a cualquiera...jeje.
Gracias Carmen.
Gracias a ti, amigo Fernando. Me alegra te guste mi blog, hoy me has hecho feliz.
ResponderEliminar